Una tarde triste y lluviosa de principios de otoño. Dos
amigas que no se dejan intimidar por la que está cayendo. Publicistas. Tan
iguales pero tan diferentes. Las ideas fluyen como las gotas de agua que caen
del cielo. Se estrellan contra el suelo con la misma facilidad. Un poco de café
y caprichos dulces de esos que tanto les gustan. Esa manía de tener el móvil
encima de la mesa mientras comemos. Y fotografiarlo. Fotografiarlo todo antes
de empezar. Aunque se enfríe. Es importante inmortalizar meriendas así. Suspiros
desde el otro lado de la mesa. ¡Ojalá a todo le pusieras el mismo interés! Y
surge la idea. Nace Caprichos para Foodies.
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